"Una ola de calor asola el camping"
Los problemas en el camping comienzan esta semana cuando Eli decide ganar dinero dejando a los inquilinos en el bar, único sitio en el que hay aire acondicionado. Hasta ahí todo bien, el problema es cuando deciden subir la temperatura y rompen el aparato, por lo que tienen que comprar uno nuevo a Chema si no quieren pagar el que elija él, el más caro del supermercado.
La profesora, Alicia y Lola se enteran de un concurso en el que se gana un aire acondicionado siempre y cuando se gane una carrera disfrazado de pingüino. El candidato ideal para correr es el pavisoso de Roberto ya que sale a correr todos los días, pero está muy ocupado estudiando para su adoradas oposiciones. Si se pensaba que con soltar eso los del camping iban a pasar de él estaba muy equivocado ya que le fastidian de todas las maneras posibles.
Javi ocupa su lugar en mitad de la carrera pero los de seguridad le detienen, pero Dani, que concursa sin que nadie lo sepa, va en cabeza y tropieza con una lata. Conclusión final: a pagar el aire acondicionado más caro a Chema. Pero este nuevo aparato también se cae y "la banca siempre pierde", los inquilinos del camping quedan absueltos de la deuda y Chema tiene que comprar uno nuevo.
El motivo por el que Eli quiere conseguir pasta es la celebración de su cumpleaños, al que Jorge no ha sido invitado. Este acto molesta mucho al pijo y decide sorprender a su novia con una nueva actitud: haciéndose pasar por fiestero. Eli está encantada con este nuevo cambio pero él sin embargo no, por lo que abandona el camping. ¿Se irá para siempre Jorge? Esperemos que no porque es uno de los personajes más divertidos.
Su compañero de piso sigue sin ser aceptado por su suegro, pero pronto tiene las de ganar. Sandre le presenta a su padre a su nuevo "novio", uno que conoció en la fiesta de Eli. Las cosas se le complican al chico cuando comience a tocarle las tetas a Sandra para hacerle un tatuaje. Sale disparado por la puerta. Es entonces cuando no le queda otra cosa que aceptar a Ángel y pedirle disculpas. ¿Cómo? No, Paulino no pide disculpas, Paulino acuerda con Ángel fingir llevarse bien delante de Sandra, si la chica no está delante seguirá tratándolo igual que siempre.
Una de la parte más divertida del capítulo ha sido de nuevo la de los marqueses, o mejor dicho la de la marquesa. Esta semana nadie sabía que le pasaba porque estaba irreconocible. Debe ser por las hormonas del embarazo, dice Sandra al ir con la medicación.
No aguanta a su marido y cuando llega una tarde noche a casa le tira de la cama y le hecha de la caravana por haber llegado tarde.
Mientras Alicia le hace las mechas llega Jose Luis y lanza platos, cubiertos y la televisión hasta que su marquesito le dice que le va a conseguir el aire acondicionado que sortean en el centro comercial.
La semana que viene continuamos con el cambio de actitud de la marquesa y una tarta envenenada
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