"Un cloroformazo, un bebé volador
y una cooperativa de leones"
Tras enterarse que Judith quiere el divorcio, aunque más que leer la demanda solamente lee el nombre y el DNI, Enrique quiere hablar con su cuchufleta, pero por desgracia no tiene el número. Aquí es dónde comienza la aventura loca del Equipo A. Tras decir que no quiere colarse en la casa de Rebeca, Antonio y Coque hacen oídos sordos y se cuelan igualmente, con un bote de cloroformo casero no vaya a ser que la abogada de despierte. Como Enrique de bueno llega a ser tonto, acude al ático para sacar a Rebeca a cenar y que los otros dos busquen el número de la guarrilla pelirroja. En una cena con mariachis incluidos y ex marido de por medio, abogada y concejal salen huyendo del restaurante sin hablar nada del divorcio, ni siquiera la abogada menciona el hijo que está esperando su amiga y del que el concejal no tiene ni idea, ya se enterará cuando le vea aparecer en Montepinar. Como no podía ser de otra manera, Coque y Antonio intentan huir a toda prisa por el balcón, pero con tan mala suerte de que Coque se cae y huele el cloroformo, a si es que toca pasar la noche bajo la cama de Rebeca. Antonio consigue salir pero la abogada matrimonialista pilla al conserje, pero sus amigos le disculpan diciendo que es un enfermo sexual. Está claro que Rebeca es la única psicológicamente estable del edificio, veremos cuanto tarda en llegarle la locura montepineriana.
Los que no están muy bien de la cabeza son Estela y Fermín. Los abuelos del edificio tienen que cuidar de su nieta aunque Javi no quiera, y visto lo visto razón no le falta. En un paseo que podría ser entrañable la niña sale disparada del carrito y termina de cabeza en el agua. Como la niña coge hipotermia tiene que pasar la noche en el hospital y para que hija y yerno no les echen la bronca deciden robar un bebé, pero como ahora el rosa es unisex cogen una niña, por lo que vemos como se las apañan para que Lola, depresiva total tras el parto, no haga más que darles el bebé a sus padres. Finalmente, y como no podía ser de otra manera, las noticias anuncian sobre el robo del bebé, pero no pasa nada, Javi y Lola ni se pispan, cuando si se enteran es cuando el informático coge el móvil de Fermín y los encuentran en el hospital. Javi lo deja bien clarito, Estela y Fermín tienen que largarse del ático cuanto antes.
Cambiando problemas mentales con económicos, los Cuquis hace tiempo que no tienen demasiado dinero, por lo que Maite se mete a cuidadora de ancianos en una residencia. Hasta ahí todo va bien, el problema llega cuando los leones quieren alquilar el Max & Henry. Vicente y Leo consiguen sin problemas el dinero, pero José Luis no le concede ningún préstamo a Amador. El más caótico de los leones huevones tiene una idea: contratar prostitutas para los ancianos de la residencia y conseguir su parte del dinero, cosa que consigue aunque al final en un steptease casi mate a una anciana con su patético baile y haga que despidan a Maite, pero eso a él le da igual, ha conseguido el dinero para el bar que es lo que quiere y punto. Engatusan un poco a Araceli, que durante el episodio está de pasada, y consiguen las llaves sin contrato y preparan una inaguración con MariCarmen y Doña Rogelia y una fiesta de la espuma. Las cosas no salen según lo previsto, para variar, y la espuma inunda el local, haciendo que la ventrílocua se vaya hospitalizada y con una multa para el concejal por no haber hecho contrato.
Los Recio no pasan por un buen momento matrimonial, pero eso se sabe desde que la religiosa de Berta se beneficiaba a Coque a todas horas. Ahora que Antonio pasa más de ella que nunca ha decidido contratar a un consejero matrimonial. El susodicho en cuestión no hace más que intentar arreglar las fisuras de la pareja, cosa que no consigue porque Antonio pasa olímpicamente. El consejero se da por vencido y le recomienda a Berta el divorcio si quiere ser feliz. No sabemos si pedirá el divorcio, a fin de cuentas solo tendría que subir al ático para hablar con Rebeca, pero ya sabemos que esto de la separación no es muy cristiano, aunque lo mismo luego Berta nos sorprende al igual que cuando se tiraba a Coque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario