"Una vedette molesta, un león peón
y un pescadero en un atrolladero"
Las cosas por Mirador de Montepinar han estado algo alteradas durante el último episodio. Para comenzar, tras lo vivido con su hija, Javi y Lola obligan a Fermín y Estela a irse del ático. La sorpresa nos la llevamos todos cuando Lola revela que ha comprado el antiguo bajo de los Cuquis para que sea su nueva cárcel de pladur. Cuando Maite se entera de ello su gran orgullo hace que renuncie a su trabajo como niñera del bebé, le ha durado poco a pesar de no tener ni un duro. Los problemas no hacen más que comenzar en el bajo ya que Estela quiere remodelar por completo el piso, aunque Lola tenga que hacerse cargo de todos los pagos. Los ruidos que las obras ocasionan hacen que los vecinos pronto comiencen a quejarse y a pedir la licencia de obras, cosa que consigue la vedette haciendo lo mejor que sabe hacer. A pesar de que el Equipo A intenta frenar las obras rompiendo el noviazgo de los obreros gays transformando a Coque en una imitación de travesti no consiguen nada, ya que cuando el obrero pierde el dedo Amador pasa a encargarse de las obras y recuperar los vestido de su Cuqui.
El matrimonio Recio hace tiempo que hace aguas y visto la terapia de la semana pasada, Berta necesita una amiga. Esa amiga resulta que es Araceli ya que es la más cercana y la que le recomienda el divorcio. Rebeca es la encargada de llevar a cabo la demanda, cosa que no sienta bien al pescadero ya que la echa de casa. Sin un lugar donde ir, Berta se presenta en la casa de su amiga pero pronto terminan en el primero para que la religiosa viva con Nines. Las chicas del edificio organizan un complot para conseguir las cosas de la ex pescadera dónde Maite se hará pasar por el interés amoroso de Antonio. Una vez en casa del mayorista, Nines y Araceli se ponen a recoger las cosas de Berta mientras ella decide hacer la colada. Al final Rebeca se entera de todo lo que pasa y con la ayuda de su padre consiguen que la policía eche a Antonio de la casa y Berta se quede a vivir en ella. Puede que este acto vuelva a provocar que Antonio se quiera quitar de en medio a la abogada tirándola por el ascensor tal y como mencionó. Ya veremos por cuanto tiempo Berta aguanta esta situación ya que no tiene las cosas tan muy claras.
Para tener las cosas calmadas con los nuevos vecinos molestos, concejal y ex señora preparan una cena para tenerlos ocupados, y ocupados se quedan pero no como los otros planeaban. Tras el intento de tirarse a Amador, Fermín está enfadado con Estela y planea beneficiarse a Araceli en su cocina mientras su antigua musa del destape coquetea con su antiguo amante. Allí el que no pilla es porque no quiere, salvo Amador que por más que quiere no lo consigue.
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