"Un kit de terrorista, una Yoko Ono
y una visita alienígena"
Ya dije la semana pasada que tras unos capítulos algo normalitos y un poco aburridos la cosa estaba subiendo notablemente, y como demostración, éste séptimo capítulo ha sido sin duda alguna el mejor de la temporada y de los mejores de la serie, por lo menos en mi opinión.
Quizá la vuelta de Judith a la serie haya sido la parte más aburrida del capítulo. No entiendo qué pinta aún Matthew en el bajo, pero a Enrique le importa tres narices ya que se está dispuesto a largarse a Chicago para conocer a su hijo. Como no podía ser de otra manera, el concejal y presidente de la comunidad organiza una junta para informar de su ausencia, y toda junta conlleva un gran caos, aunque se va igualmente. Antonio no está dispuesto a ponérselo fácil a su antiguo delfín, por eso prepara una bomba de plastilina, salchicas y alguna que otra cosa más, cosa que detectan en el aeropuerto de Chicago y le hacen hasta un tacto rectal. Las majaderías del Recio cruzan el charco. Casualidades de la vida, Judith se encuentra también en el aeropuerto y en la misma tienda que su marido, pero no se cruzan. Olvidándose allí el carro con su hijo, Judith lo encuentra y lo lleva a la policía, que no se hace cargo. Cuando Judith denuncia a los policías del tacto rectal sobre la desaparición de su hijo pronto se presentan con Judith, que se encontraba allí para ir a visitarle a Montepinar. ¿Estamos frente a una reconciliación? Ya veremos...
Tras su encuentro sexual y posterior confesión ante el padre Alejandro, ahora parece ser que Berta ha decidido ser lesbiana y se autoproclama novia de Araceli, pero solo en la intimidad. Vemos bastantes escenas divertidas, Berta disfrazada y engominada como una camionera, utilizando un lenguaje que no va con ella, vistiendo un picardías y colocándose un pene para el sexo...Sin palabras ante la ex puritana. Araceli parece no soportar todo eso, por eso insta a su querida que no puede llevar la relación en secreto, y para sorpresas de todos, Berta organiza una junta y explica lo que está pasando, y los deja a todos sin palabras, cosa normal.
Tras deshacerse del 1ºA poniendo como propietaria a Nines hasta que Toñín cumpla los 18, ahora es el turno de deshacerse de Mariscos Recio. Para tal misión, Antonio rescata a Violeta del convento para ponerla como propietaria del imperio. Lo que no se puede imaginar el pescadero es que Rebeca visita a su hermana, le dice a lo que tiene derecho y la anima a vender el imperio de Antonio a su gran rival Percebesa. Cuando Antonio se entera pronto quiere que su hermana pase por loca ante el notario y para ello tiene una misión. Después de putear a los Cuquis y destruir su adosado en el garaje, desde aquí pedimos que dejen de humillarlos tanto por favor, Antonio les ofrece un trabajo, igual que a Vicente, Leo, Fermín y Estela. Todo ellos serán marcianos y estarán en una nave que visitará Violeta. Todo muy gracioso hasta que las cosas no salen según lo planeado y la hermana del pescadero quiere largarse. Una vez en la notaria vemos como Rebeca está desesperada en demostrar que Violeta está bien, pero cuando Antonio le pide que explique lo que hizo la noche anterior todo se viene abajo, por un momento, ya que ahora se ha demostrado que Antonio no se puede deshacer de su querido imperio y hará lo posible por darle la mitad a Berta. Cada vez me gusta más la abogada.
En el Ático B las cosas tampoco están bien. Dejando de lado que Fermín y Estela pasan más tiempo allí en vez de en el Bajo que les ha comprado y remodelado su hija, Lola y Javi atraviesan una crisis cuando un antiguo compañero de Javi aparece. Gabi era el socio de un programa informático que Javi abandonó por súplicas de su mujer, cosa que no tuvo que hacer ya que ahora podría tener una fortuna. Fascinado ante tanto bueno, Javi decide acudir a una cena aunque sea sin Lola, pero ésta se lleva a Raquel, que no duda en apretarle las partes nobles al petardo del amigo. Tras unas duras palabras, en las que Javi lleva parte de razón, el informático se larga a vivir con su amigo. Cuál es nuestra sorpresa cuando vemos que el orgullo de Lola se rebaja para pedir disculpas a su marido, que descubre que su amigo ha estado metiendo mierda a su matrimonio ya que quiere una vida como la suya en vez de contratar actores para que finjan ser sus amigos. Gabi incluso quiere irse a vivir a Montepinar, ya veremos si con el tiempo no vuelve a hacer una visita a su amigo.
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