"Caótico ano"
Tras el Perdidos en la Tribu de la semana pasada, esta semana ha llegado Perdidos en la Ciudad, donde los Mursis han vivido durante unos días en la casa de los Colmenero, o más bien en la de los García. La ficticia familia no aporta nada que no hayamos visto en el anterior programa, ya que siguen tratándolos igual que en la Tribu excepto Paz, que solamente aparece en el programa cuando les entrevista Raquel Sánchez Silva. La única que se ha librado de tratarles mal ha sido Eugenia, ya que ha tenido una tórrida aventura con el jefe de la tribu, incluso llega a secuestrarle. Todo va como la seda en el plan de Eugenia, hasta que Soraya lo descubre todo y hace elegir al jefe entre una foto de su abuela y una de la selva, ya que el hombre no entiende castellano. El Mursi se vuelve a su Tribu y Eugenia se queda con el corazón destrozado, aunque el Mursi no la haya olvidado y le enseñe a todos su baile.
Una semana más, volvemos a asistir a la trama Paz-Luisma, donde nos tendrán con el tira y afloja durante algunos capítulos más ya que cuando finalice la serie terminarán juntos, es lo menos que pueden hacer los guionistas después de habernos tenido 209 capítulos con estos tórtolos entre ahora estamos bien y ahora no. Ainhoa enseña a usar el mail a Luisma y deciden enviarle un correo a Paz ya que tienen por allí una caja de la tetería. Paz muy emocionada piensa que es el Luisma y comienza a mandarle mensajes y es respondida, pero pronto se le termina la tontería cuando después de quedar supuestamente con Luisma y mandarle una foto de sus tetas, la chica descubre por el propio Luisma que el correo es de Ainhoa. Paz acude a toda prisa a la casa para borrar el correo, incluso lanza el portátil por la ventana, pero parece que no sabe que los smarphones llevan el correo incorporado y la nueva chica de Luisma lo ha hecho. Paz está a punto de confesar la verdad pero Ainhoa piensa que es lesbiana, incluso se le ocurre hacer un chiste ya que vende bollos en la tetería. La morena le sigue el royo y ahí queda la cosa, hasta que finalmente le quite el novio a la rubia ya que Luisma no deja de hablar de Paz.
Quizá la trama más divertida de este capítulo, a la par que la de Paz, ha sido la relacionada con Mauricio. El tabernero acude al médico por problemas de orina, pero cuando descubre que le tienen que hacer un tacto rectal llama depravado al médico. Finalmente acude, ya que no le queda otro remedio porque no puede ni mear, y parece gustarle, bueno más que gustarle, le encanta. Aquí es donde empieza la paranoia de Mauricio ya que puede sufrir de mariconismo, incluso tiene un sueño erótico con el médico. Tras hablar con su sobrina acude a Fidel para que le hable de los síntomas de la supuesta enfermedad. El chico, harto de las mofas y de que lo traten de enfermo cuando es algo normal, con la ayuda de su amigo el salido (Germán) le toman el pelo haciéndole creer que es gay. Cuando cumple con la última prueba, besar al Machupichu, le dicen que todo ha sido mentira y vuelve a ser el mismo homófobo-machista que ha sido hasta la fecha.
Para no romper tradición con lo aburrido de Chema, el tendero organiza un cineforum. Soraya está encantadísima con la idea de su Chemi, pero cuando descubre de lo que se trata no tarda en largarse, igual que el resto de vecinos. Jonatha, Luisma, e incluso el tonto de Barajas, idean un plan para deshacerse de Chema y proyectar el fútbol en la pantalla y así ganarse un dinero. Todo les sale como la seda ya que a veces Chema parece ser más tonto incluso que Barajas, pero cuando vuelve se entera de todo y trata de quitar el fútbol, pero no le queda otra que aguantarse.
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