"Un último replanteo"
Neal no lo ha tenido fácil ésta semana. La salida del Holandés de la cárcel solo significan nuevos problemas y problemas son lo que tiene Caffrey. Ahora resulta que el ex presidiario quiere que Neal le robe un capítulo de un famoso libro. Para tal misión, el ladrón de guante blanco se camela a una de las trabajadoras del museo, Rebeca, que está encantada. Para que todo le resulta más sencillo, nuestro ladrón contrata a otro para que robe un cuadro, dicho robo no tarda ni cinco segundos en contárselo a sus compañeros para que le sea de distracción. Al final todo sale según lo planeado, ni siquiera que salten las alarmas provoca que Neal quede atrapado. La investigación lleva a que Rebeca sea detenida, aunque por suerte se descubre que no tenía nada que ver, aunque sea despedida del museo. Pero algo me dice que veremos a Rebeca pronto.
Al final todo sale bien, el señuelo es detenido, aunque Neal ha corrido nuevamente peligro ya que cuando se quedó encerrado, con los nervios, se quitó los guantes y dejó sus huellas. Quién le iba a decir al ladrón de guante blanco que iba a tener problema con los guantes. El problema le llega cuando David, su nuevo agente-perrito faldero, le pilla hablando con el Holandés. A lo largo del capítulo vemos como él y Neal hacen muy buenas migas, pero por desgracia, alguien se lo carga al finalizar el día.
Neal y Peter tampoco pasan por un buen momento, aunque ésto ya no sea bueno. Ahora Peter tiene un nuevo puesto pero quiere tener una última misión con Neal, aunque sabe que siempre querrá tener una última y nunca se producirá. Por eso, cuando Peter le interrumpe su misión secreta, Neal le deja las cosas bien claritas, en parte también para que se largue a la mayor brevedad posible. Puede que ahora con la muerte de David y descubrir quién es el asesino se acerquen algo más.
Al final todo sale bien, el señuelo es detenido, aunque Neal ha corrido nuevamente peligro ya que cuando se quedó encerrado, con los nervios, se quitó los guantes y dejó sus huellas. Quién le iba a decir al ladrón de guante blanco que iba a tener problema con los guantes. El problema le llega cuando David, su nuevo agente-perrito faldero, le pilla hablando con el Holandés. A lo largo del capítulo vemos como él y Neal hacen muy buenas migas, pero por desgracia, alguien se lo carga al finalizar el día.
Neal y Peter tampoco pasan por un buen momento, aunque ésto ya no sea bueno. Ahora Peter tiene un nuevo puesto pero quiere tener una última misión con Neal, aunque sabe que siempre querrá tener una última y nunca se producirá. Por eso, cuando Peter le interrumpe su misión secreta, Neal le deja las cosas bien claritas, en parte también para que se largue a la mayor brevedad posible. Puede que ahora con la muerte de David y descubrir quién es el asesino se acerquen algo más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario