"Los vigilantes de la plaga"
Hace unas semanas veíamos que conforme se iba acercando el final la serie iba algo cuesta arriba, pero estos capítulos extra no le están sentando nada bien, de hecho han vuelto a aburrir como varios de la temporada.
Soraya, Chema y la acoplada de Eugenia han decidido irse a Venezuela ya que Graciela, la doble de Soraya, les invita a la grabación del episodio final del culebrón. Ni se podía imaginar la pareja sirope que iban a terminar protagonizando una escena, todo ello propulsado a que Graciela se cae y se hace una buena herida. Soraya parece que no puede besar a otro que no sea su prometido, por lo que no tarda Chema en actuar como el hombre, pero solo de espaldas. Ya sabemos que suena algo patético, de hecho lo es. Lo gracioso ha sido ver a Soraya intentado imitar el acento de Graciela pero no le salía el venezolano, sino el colombiano.
Pero a patético parece que no le ganan a Jonathan, de hecho está algo similar. El pequeño de los García lleva tiempo queriendo ser como Simón, eso es innegable. Uno de los misterios del hermano de Paz es dónde vive y cuando sale una foto de él en los periódicos como vecino de Cristiano Ronaldo, Jonathan no tarda en intentar averiguar lo que pasa. No le es difícil, ya que Barajas es el compinche y le cuenta el plan enseguida. Tampoco tarda mucho en adueñarse del plan de Simón y que éste se quede descompuesto, pero él tampoco tarda en intentar liarsela al ex macarra del barrio. Algo absurdo y de relleno.
Ya hace un par de capítulos que nos vienen vendiendo la trama de que no entra ni dios al Bar Reynolds, y ésta semana no iba a ser menos. Ahora ni siquiera van viejos, por lo que Mauricio necesita medidas desesperadas. Salir en la televisión es el mejor plan que hay, pero el canal del barrio tampoco lo ve nadie, por lo que hay que ir a por los grandes canales. El presupuesto que tiene ha hecho que el anuncio sea una pérdida de tiempo, por lo que hay que buscar una buena idea y un canal, y los únicos que responden son una imitación de Hermano Mayor. Gracioso ha sido ver a la Macu como una macarra y armándola por todo. Todo va viento en popa hasta que llega el presentador y se convierte en una señorita de ciudad que no duda en ir a por su bragueta, por lo que vuelven a estar como al principio.
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