A pocos capítulos para el final de temporada, el capítulo ha sido una mezcla entre aburrido y entretenido. Por un lado tenemos el caso policial de todas las semanas, que ha sido más bien la parte aburrida. El asesinato de un skater ha llevado a nuestros policías a investigar a varias personas, como es de esperar. Cuando llegan a un bufete de abogados y descubren que no quiere colaborar pronto descubren que es el abogado del organizador del festival al que pertenecía la víctima. Pero quién iba a decirles que el crimen cometido ahora era para encubrir uno que tuvo lugar hace seis años, y que no querer mantenerlo en silencio durante más tiempo iba a costarle la vida al joven. El que ya no calla es el organizador del festival que echa a su abogado y lo cuenta todo, todo por honrar a su amigo.
La parte personal ha sido lo más entretenido del episodio y es de agradecer, ya que no es habitual que le dediquen demasiado tiempo y menos aún sino es para algo de Rick y Kate. Ha llegado la hora de elegir padrino para la boda ya que Ryan y Esposito se enteran de que Lanie es la dama de honor, cosa totalmente esperada por todos. Rivalidad hemos visto entre los dos amigos policías por tener el puesto, un peloteo con el escritor que no sabía a cuento de qué venia. Un error le hace pensar a Rick que tanto cariño viene porque se han enterado de la paliza que le ha dado su prometida al scrable, pero anda desencaminado. Cuando los dos amigos por fin tienen el valor de confesar lo que pasa se llevan un gran chasco, y es que ya hay una persona encargada de ese puesto, Alexis.
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