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viernes, 14 de marzo de 2014

Crónica Aída 10x26

"La mora chanante"

He de reconocer, al igual que la semana pasada, que éstos dos últimos capítulos emitidos me están pareciendo más interesantes que muchos de la temporada. Aunque por desgracia sigue igual que la semana pasada, la gracia me la ha causado el gran Mauricio Colmenero. En la fiesta del bar conoce a una chica con la que claramente liga, también puede influir que él vaya disfrazado de árabe y ella vaya con la vestimenta ya que es de allí. Aunque al principio no le gusta la idea pronto se da cuenta de lo que siente, pero él lo que quiere es triscar gratis, por ello se pone en contacto con Omar para recibir clases de la cultura árabe. Como Jonathan no tiene nada que hacer últimamente se dedica a boicotear al tabernero contándole la verdad al ex novio de su hermana Lorena y boicotean esa relación haciéndole pensar a Mauricio que le sigue el FBI.



A Chema le han abierto los ojos y le han hecho ver que Eugenia en realidad le odia, que no es ninguna broma. La solución que tiene el tendero es hacerle un busto de mortadela a la ex vedette, ahora es cuando todos nos imáginamos a la mujer gritarle gilipollas. Pero la idea que tiene Fidel de utilizar publicidad subliminal en los programas grabados tampoco es que funcione demasiado bien, ya que parece darse cuenta y lo utiliza para que Chema la insulte cuando Soraya aparezca por sorpresa. Pero nada, que ahora que van a ser familia, Chema está dispuesto a solucionar el problema con la abuela de su prometida y se encierran en una habitación y consiguen salir como muy buenos amigos. Resulta que todo el enfado que se traía la abuela de los García se debía a que el tendero le negó un chorizo que tenía reservado para otra clienta y le hizo la cruz, ahora que tonto de él cuando solucionan los problemas y vuelve a hacerle la misma jugarreta, parece que le va la marcha.



Hablando de pasados, a Soraya se le escapa frente a Simón que Paz hacía la calle y para remediarlo le cuenta que fue obrera. Aquí es donde vemos a Paz haciendo el ridículo para que Simón no se entere que fue prostituta, pero al final cuando se lo pregunta a Luisma se lo dice claramente. Simón dice que no pasa nada, que él fue gigolo durante tres noches en Benidorm, pero no hay color para compararlo con lo de la hermana. El petardillo de Simón está empeñado en que su hermana le cuente el secreto y hace todo lo posible hasta que visto que no lo suelta se pone a gritarlo en la tetería y Paz le da tal leche que se le habrán quitado las ganas de poner vocecitas durante una larga temporada, o eso esperamos.



Los más tontos del barrio son grandes fans de la magia, no es que nos sorprenda demasiado, por ello cuando Luisma gana unas entradas por un concurso de la radio, gracias a Paz, no duda ni un momento en invitar a su amigo Barajas al espectáculo. Ni que decir tiene que el mago termina hasta las narices de ellos. Fascinados por el número de magia, los dos amigos quieren ser magos pero no tienen ni idea de trucos, ya sabemos que son algo limitaditos, por eso nos sorprende cuando consiguen deshacerse del mago para hacer ellos el número de la noche. Tal y como era de esperar, hacen el numero de las espadas y termina como tiene que terminar, con Luisma detenido por acuchillar a su amigo que termina en una ambulancia.

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