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miércoles, 19 de marzo de 2014

Crónica La Que Se Avecina 7x13

"Una limpieza de karma, una familia a la fuga 
y ojalá que llueva café en el campo"

El final de la séptima temporada ha llegado y no nos podría haber dejado con ganas de más, ya que apenas parece un final, ni siquiera la última escena, la de la semana pasada bien podría haber cerrado la temporada. Éste último capítulo lo han dividido en cuatro partes que bien entretenidos nos han tenido.

Maite tiene pensado huir ya que no quiere ir a la cárcel, pero cuando Amador la pilla decide que toda la familia se vaya a vivir al bosque para que no los pillen. Ya de por si suena una idea alocada pero luego cuando están en el bosque Amador parece completamente gilipollas. Ni que decir tiene a parte de perderse ellos pierden a los niños, aunque rápido los encuentran y descubrimos que tienen mejor sentido de la orientación que los padres. Luego para colmo los pilla la guardia civil de acampada, pero bueno les perdonan la multa a pesar del vacile del cateto de Amador. Lo que no les perdonan es salir y buscarles tras ver la orden de búsqueda falsa contra Maite que ha creado Rebeca, que se pensaban que estaban ante un gran caso de búsqueda y captura, lo único que capturan son a los Cuquitos. Vemos como los Cuquis intentan adaptarse al bosque pero Maite es demasiado señorita para vivir allí, por eso cuando Rebeca les encuentra se va con ella y pasará algunos meses en la cárcel, pero mejor eso que años que es lo que le esperaba si se llegan a enterar que había huido. El que si que decide quedarse es Amador, pero no le va a durar mucho tiempo la aventura, aunque para dónde va a terminar...


Nuestro mayorista ha decidido hacerse una limpieza de karma y ser una buena persona ya que solo le ocurren cosas malas, la última es que se ha tenido que mudar a la caravana de Coque con Violeta mientras el conserje se muda al primero para vivir con Nines. Cuando se pone a repartir cajas de marisco entre los vecinos no las acepta nadie ya que no se creen este buen acto del pescadero. A si es que decide crear un centro para dar comida a los necesitados en el bajo que les ha alquilado a Fermín y Estela. Un buen acto que no pasa desapercibido para Berta, que no duda en lanzarse nuevamente a la bragueta y reinician su relación después de haberse divorciado, a ver como les van las cosas a partir de ahora.


A Javi solo le ocurren desgracias y si no solo hay que ver lo que le va pasando últimamente. Ahora se tiene que dedicar a salvar a Lola de sus secuestradores y para ello ahí están Fermín y Estela que quieren recuperar a su hijita. Cuando descubren que el embajador está en España no se les ocurre nada mejor que ir para pedirle ayuda, ya que en el banco no les dan dinero para el rescate. Haciéndose pasar por prostituta, Estela consigue estar en la misma habitación que el embajador, que resulta ser uno de los pocos fans que tiene la vedette, pero termina rompiéndole una botella en la cabeza porque solo quiere sexo. Aquí es dónde Maroto, Trujillo y Reynolds comienzan a hacer un vídeo para conseguir el dinero del rescate, pero resulta que el embajador es de otro país y encima lleva un chip localizador, por lo que tienen que librarse de él envolviéndolo en papel de aluminio. Hundido se queda Javi pero no tanto como cuando llama su mujer diciendo que ya no hace falta ningún rescate, que ha visto la situación muy bien por allí y se une a la banda, lo que normalmente se conoce como síndrome de Estocolmo.

Enrique tiene nuevo abogado y para sorpresa de la pelirroja, Rebeca tiene las de perder, cosa que no nos imaginábamos que podría suceder. Aunque Judith últimamente es una petarda de cuidado, Enrique no encuentra a nadie en todo el edificio capaz de ayudarle en el juicio, pero visto como terminan las cosas no le hace mucha falta. Su gran amigo Antonio Recio no le pone tampoco las cosas fáciles, como está con su limpieza de karma en vez de ayudar a su gran amigo decide ayudar a una de las personas a la que más daño a hecho, Judith. Pero igual que el amigo de Enrique beneficia a Judith, las amigas de ella benefician al concejal gracias a la labia del abogado. Por si no tenía ya suficiente Judith en su contra ella va y se desmorona y queda aún peor de lo que ya estaba. La custodia de Dylan ya iba a ser casi para Enrique, pero él por su cuchufleta sigue sintiendo algo y pide la compartida. Ya veremos que nos deparan éstos dos en la próxima temporada.

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