Casi dos víctima se cobra la nueva misión de los secuestrados, por suerte uno de ellos parece que continúa con vida. La cantidad que en teoría pagó Meg por el rescate de Amber hay que hacerla desaparecer y no se les ocurre nada mejor que dividirlos en grupos y el que consiga esconder más billetes entre el café será el que cene y duerma en colchones. Hasta ahí todo bien, pero uno de los alumnos decide hacerse el héroe y se pone a escribir que son billetes del rescate, por lo que se lleva un golpe que le provoca un infarto. Además parece que tenemos romance entre Amber y el profesor Nash, si bien pensábamos que ella estaba enfada con él parece que se le ha pasado, un poco más y tienen un escarceo en el baño. Lo mismo les pasa a Ann Beth y Kyle, que parece que hay tensión sexual entre ellos por mucho que a la hija del secuestrador le cueste reconocer.
En este episodio el rescate de los hijos ha salido mal parado aunque han conseguido su objetivo. Ya sabemos todos que los padres no están dispuestos a ayudar a Susie y Marcus, de hecho Meg ya ha decidido investigar por su cuenta y descubre que uno de los soldados muertos trabajaba para ella tanto fuera como dentro de su cama. Los padres van completamente por su cuenta y así tienen el desenlace que tienen, el que no termina detenido termina muerto. Gibson ha decidido mandar a uno de los padres a la agencia de la CIA para hacerse con el vídeo que le indicó el General y para eso necesitaba a los dos padres y a otro que trabajase allí, ni se podían imaginar que desde el principio uno de ellos terminaría muerto, aunque ha sido la persona equivocada. Lo que les queda claro a Susie y Marcus es que todo eso huele a algún tipo de venganza contra la agencia.
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