"Se acabaron las buenas obras"
Según pasan los capítulos vamos viendo como la desconfianza entre Neal es Peter se intensifica y ha llegado un punto en el que la verdad ha salido a la luz, en parto por un nuevo caso. Una de las monedas robadas de oro han llegado a la mesa de Peter y a Neal no le queda otra que ir siguiendo la pista por su cuenta, junto con Mozzie, para que su amigo no descubra nada. Los delincuentes casi consiguen salirse con la suya y que Peter no se entere de la verdad, pero como no se fía de Neal le prepara una trampa y éste le confiesa toda la verdad. Aún así, Peter no sabe muy bien que hacer y sigue el consejo de Elizabeth de hacer lo que le diga el corazón, a si es que decide ejercer su trabajo como agente del FBI, aunque pueda perderlo todo. Está claro que las cosas entre Peter y Neal van a cambiar algo en la recta final de la temporada.
Mientras tanto, Neal también saca tiempo para su misión secreta, cosa que le ha contado a Rebecca aunque no al completo. Con la ayuda de la pelirroja consiguen robar la vidriera, aunque Peter casi les pilla con las manos en la masa ya que sigue hasta allí a Neal por la dichosa tobillera, tanta desconfianza ya sobrepasa. Mozzie se va de la lengua y Neal no tiene otra que contarle el resto de la historia a Rebecca, yo sinceramente sigo sin fiarme mucho de ella porque recordando el capítulo anterior ¿cómo sabía el Holandés lo que sabía Neal de la vidriera? Pero bueno, ahora el equipo de Neal tiene en su poder la vidriera y han hecho un gran hallazgo aunque no sepamos muy bien para qué servirá.
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