La séptima temporada de La Que Se Avecina finalizó hace un par de semanas y nos ha dejado momentos muy buenos a lo largo de los trece capítulos, que hemos visto como se movían de día o no se emitía, todo por cuestiones de rivalidades entre cadenas. Que si iban a hacer un parón por navidades y tras una semana de descanso volvió el último lunes del año casi por sorpresa, luego su cambio a los miércoles para dejar paso a una nueva seria a pesar de quedar tres capítulos para el final, a un capítulo para que culminase la serie hubo que esperar una semana más debido a que aquel miércoles programaban fútbol, para colmo, el último capítulo se movía de nuevo a la noche de los lunes para debilitar a la serie rival, cosa que perjudicó a LQSA ya que fue el único capítulo de la temporada en el que que no fue líder de la noche, le pasó factura tanto cambio.
Las idas y venidas de personajes se han notado algo más en esta tanda de episodios pero han sabido compensarlo con el fichaje de María Adánez y Fernando Tejero y la vuelta de Antonia San Juan, a eso se le suma los numerosos cameos que ha habido en los 13 capítulos. Estela nos vuelve a dejar tras ésta temporada en la que, para que mentirnos, la hemos visto mucho más light que en las temporada 3 y 4, de nuevo nos vuelve a dejar sin cerrar su personaje, cosa que por una parte nos alegra ya que indica que puede volver en un futuro como ya ha pasado. sus tramas con Fermín nos ha dejado momentos muy graciosos, y tal y como pasaba en una de las tramas de la temporada, el peso lo ha abarcado él.
Raquel estuvo ausente durante los primeros capítulos, pero no se echó mucho de menos ya que sus apariciones cada vez suelen ser menores conforme pasan las temporadas, en la quinta fue donde tuvo su gran participación. Ha vuelto humillada después dejarlo todo y largarse a México con Segio para que grabará la telenovela, pero el padre de ojos de pollo volvió a dejarla tirada. La llegada de Rebeca ha supuesto un aire fresco para la serie, si bien en sus primeros episodios parecía algo sosilla pronto hemos visto como le llegaba la locura tras vivir un determinado tiempo en Montepinar, eso sí, en cuando Judith regresó al edificio no sabemos porqué pero la rubia ya no tuvo tanto protagonismo, algo que a mí sinceramente no me gustó demasiado ya que, sintiéndolo en el alma, la pelirroja cada vez me cae peor y ésto se viene produciendo desde la sexta temporada. Durante su participación en la actual temporada hemos visto como le ha puesto las cosas difíciles a Enrique con el divorcio y queriéndose llevar a su hijo para vivir con el nuevo novio que encontró en Chicago.
Otra que se marchó a mitad de temporada, y antes del regreso de Judith, fue Araceli. Ya se sabía que no participaría en todos los episodios igual que la anterior temporada, pero en ésta se ha notado más ya que no han sido salteados sino de golpe. Eso sí, nos ha dejado grandes momentos incitando a Berta a que se divorcie de Antonio y hemos vivido la relación lésbica de éstas dos, algo que nunca nos podíamos haber imaginado. Araceli volvió a largarse nuevamente, y para no perder costumbre, dejando una nota. Las locuras de Antonio para ganarle el divorcio a Berta no han tenido límites.
La que también volvió a mitad de temporada fue Violeta, más loca que nunca y dejándonos, como no, momento muy graciosos en los que a mí personalmente se me ha escapado alguna lagrima de la risa, como el momento en el que quema a una señora en un bar. Su momento con los marcianos orquestados por Antonio también ha estado muy bien.
Lo que no me ha gustado para nada en la temporada ha sido lo que concierne a los Cuquis. Vale que han sabido ponerle humor a todo lo que dicen y hacen, ser desalojados y vivir de okupas en casa de Izaskun pasa, pero eso de que la hija de Izaskun los deje en la calle y terminen viviendo en una plaza de garaje... Eso ya lo veo excesivo, por si lo del garaje no fuera suficiente terminan en el último capítulo en el bosque porque se dan a la fuga ya que Maite no quiere entrar en prisión, cosa que termina pasando. Esperemos que para la próxima temporada mejoren un poco, desde luego ya no queda nada de aquellos pijos de las dos primeras temporadas, quién le iba a decir a Maite que iba a tener que hacer masajes con final feliz para poder vivir. El piso del moroso está vacío, no entiendo porqué no los metieron allí.
Lola tampoco es que me guste demasiado, si bien en las primeras dos temporadas interactuaba con los demás vecinos, desde que llegó Estela a Montepinar sus tramas se centran más bien dentro del ático b. Pocas veces la hemos visto desde entonces salir con la chupipandi que se formó, gracias a ella, en la tercera temporada, ahora que su padre y su madre están viviendo en Montepinar la mayor parte del tiempo lo ha pasado con ellos, sufriendo una depresión postparto de la que parece no tener fin ya que termina como sublíder de la banda que la ha secuestrado en el extranjero.
Las tramas esta temporada han estado muy bien y mucho más graciosas y alocadas que en temporadas anteriores, y eso que en la sexta ya pusieron el listón alto. En ésta tanda hubo un punto hacia mitad de temporada que subió demasiado en cuanto a toques humorísticos y lamentablemente, aunque también inevitablemente, luego bajó un poco, pero siguieron estando bastante bien.
Nuevamente ha habido algunos personajes que han estado desaprovechados, como es el caso de Leo pero bueno, tendríamos que estar acostumbrados ya que lleva así desde el inicio de la serie. Si es cierto que durante éstos 13 episodios ha tenido algún que otro momento de protagonista como se adelantó con las tramas de la temporada, pero su romance con Rebeca quedó en un capítulo. Luego tuvo una trama como padre de alquiler de los Cuquis pero eran Maite y Amador los que ocupaban más peso. Vicente tampoco es que nos de ya grandes momentos, normalmente está de relleno aunque si es cierto que tuvo su capítulo y trama propia y nos reímos bastante. Lo que se adelantó de que Nines y Coque iban a proseguir con su romance nos ha dejado con unos morreos sin venir a cuento y polvos en el cuarto de basuras, pero nada de su relación.
Lo que más me ha gustado de todo ha sido la caña que le han dado a la situación actual del país, criticando de todo y por todo, cosa que no ha pasado desapercibida para muchos y ha habido múltiples quejas por algunas de las tramas, pero es lo que pasa cuando algunos no saben separar entre ficción y realidad. Sin duda alguna la temporada más alocada de todas y con ganas de la siguiente.
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